jueves, 29 de enero de 2015

"Para la libertad", Miguel Hernández



Aquí va otro gran poema, un clásico. Una alumna lo definió en mis clases como emocionante, y verdaderamente eso es lo que uno siente cuando lo lee o cuando lo escucha en boca de Serrat. En los tiempos que corren se nos olvida, sobre todo a los que no hemos tenido que luchar por ella, lo valiosa que es, lo que la necesitamos. A Miguel Hernández se le fue la vida en ello, y de esa desgarradora existencia surgen estos versos. Os invito a indagar en la vida del poeta de Orihuela para que así comprendáis mejor su obra, lo que ella significa.




Para la libertad


Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

El hombre acecha, (1938-39)

 



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